Volare: Uso de biometano como alternativa en la descarbonización del transporte

El cambio climático está creando una nueva frontera que determinará qué organizaciones prosperarán y cuáles quedarán obsoletas. En este sentido, la capacidad de seguir y, en ocasiones, anticipar las tendencias es un diferenciador para las empresas comprometidas con su sostenibilidad y permanencia en el mercado.
En el sector del transporte, reducir las emisiones de carbono y partículas nocivas al medio ambiente es imperativo para garantizar la sostenibilidad del negocio. En Marcopolo, el estudio de alternativas de productos ambientalmente alineadas a esta época de cambios climáticos es una prioridad estratégica que converge con el propósito de innovación de la empresa. A medida que se acerca la COP30 en Brasil, vemos una excelente oportunidad para mostrar las iniciativas desarrolladas a lo largo de los años que aprovechan todas las alternativas disponibles para la descarbonización en el sector del transporte.
En línea con la búsqueda constante de soluciones innovadoras, destaca el desarrollo de un nuevo microbús híbrido propulsado por GNC y biometano. Recientemente lanzado por la compañía, este modelo complementa el portafolio de vehículos con diferentes propulsiones, como los modelos 100% eléctricos e híbridos, presentados recientemente por la marca.
El biometano, como combustible, se perfila como una solución para sustituir a los combustibles fósiles desde la COP28 en Dubai y países como Suecia y Alemania ya utilizan este combustible en flotas públicas y camiones de larga distancia.
Se trata de una fuente renovable, proveniente de la depuración del biogás generado a partir de la descomposición de residuos sólidos urbanos y agroindustriales, que podría alcanzar una producción diaria de cerca de 6 millones de m3/día en 2030, distribuidos en 86 plantas de producción, según estimaciones de la Asociación Brasileña de Biogás (ABiogás).
Por tener una composición y poder calorífico similar al gas natural, puede ser utilizado en vehículos adaptados para GNC, convirtiéndose en una alternativa prometedora para el abastecimiento de las flotas de autobuses en Brasil. Sin embargo, en comparación con el gas natural fósil, el biometano es más sostenible y puede reducir las emisiones de carbono en el transporte por carretera hasta en un 80%.
Según estudios de GasMig, con el uso de GNC o biometano, un autobús o minibús tiene alrededor de un 10% más de autonomía y una reducción en el costo de combustible de alrededor de R$ 0,17 por kilómetro recorrido.
Además de reducir las emisiones de contaminantes atmosféricos y gases de efecto invernadero, contribuir a mejorar la calidad del aire y mitigar el cambio climático, la adopción de biometano como combustible para autobuses urbanos trae otros beneficios ambientales: el uso de residuos orgánicos para su producción promueve la gestión sostenible de residuos, reduciendo la necesidad de vertederos y evitando la emisión de metano, un potente gas de efecto invernadero, directamente a la atmósfera.
Desde un punto de vista económico, la posibilidad de producción local reduce la dependencia de combustibles fósiles importados y estabiliza los costos a largo plazo. Además, la generación de biometano puede impulsar el desarrollo económico regional, creando empleos y fomentando la innovación tecnológica en el sector de las energías renovables.
Su uso como combustible para flotas de autobuses en Brasil representa una oportunidad estratégica para combinar sostenibilidad ambiental y desarrollo económico. Con una planificación y políticas adecuadas, el biometano puede convertirse en una parte clave de la matriz energética del transporte público brasileño, contribuyendo a ciudades más limpias y sostenibles.